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Por qué nos comparamos y qué consecuencias tienen nuestra salud mental

Las comparaciones y su impacto en la salud mental

Hoy en día vivimos en una exposición constante a la vida de los demás a través de las redes sociales, y esto precisamente nos lleva a una peligrosa tendencia: las comparaciones. Es completamente normal observar y reflexionar sobre los demás desde una mirada saludable, sin embargo el exceso de comparación puede tener un impacto muy perjudicial en nuestra salud mental. 

La raíz de la comparación: ¿Por qué lo hacemos? 

Las comparaciones son un mecanismo inherente a la naturaleza humana. Desde que somos pequeños, comenzamos a medirnos a nosotros mismos en relación con los demás. Sin embargo, en la era digital, las comparaciones pueden intensificarse y es que una de las razones principales detrás de esta tendencia es la necesidad de validación y aceptación. Buscamos la confirmación de que estamos haciendo «lo correcto» y que estamos cumpliendo con las expectativas sociales. 

El problema de todo esto no está en la comparación en sí, sino en el significado y connotación que le damos. La mayoría de las veces, estas comparaciones no son saludables ya que tendemos al sentimiento de superioridad o de inferioridad, mientras que en realidad podemos transformarlo en admiración. 

¿En qué aspectos nos comparamos?

Las comparaciones no solo se limitan a las posesiones materiales, ¡va mucho más allá! La sociedad y nuestro entorno, en la mayoría de los casos, nos ha hecho creer lo que está bien, lo “estereotipado” y lo que es “normal”.  

  • El aspecto físico: Las redes sociales están repletas de imágenes retocadas y filtros de retoques de facciones, lo que nos lleva a cuestionar nuestra propia apariencia y como consecuencia, a nuestra propia autoestima. 
  • Logros profesionales: Desde pequeños, nos exigen la importancia de tener una carrera profesional y tener “éxito en la vida”. Esto nos puede generar ansiedad por el rendimiento y sentimientos de insuficiencia si no nos medimos a la altura de los logros de otros. 
  • Relaciones personales: Desde las relaciones románticas hasta amistades, las comparaciones pueden desencadenar dudas sobre el valor de nuestras relaciones personales. En libros, películas, redes sociales… Todo puede parecer “idílico” y perfecto, cuando en realidad las relaciones saludables también deben trabajarse y pasar por momentos que no nos agradan, siempre que la intención sea mejorar. 

¿Qué consecuencias puede tener compararnos constantemente?

Cuando no podemos dejar de compararnos, nuestro estado de ánimo va decayendo y nuestra identidad se va perdiendo ya que olvidamos todos los aspectos positivos de nuestra identidad. Por eso, la constante comparación con los demás puede tener un profundo impacto en nuestra salud mental como: 

  • Baja autoestima: las comparaciones con los demás (con respecto a lo físico, personalidad, laboral…) pueden hacer que nos sintamos incapaces, inadecuados y disminuir nuestra autoestima. 
  • Sensación de no ser suficiente y aumento de estrés: esto hará aumentar tu autoexigencia. 
  • Afecta a las relaciones: las comparaciones pueden generar resentimiento hacia los demás y dificultar la formación de relaciones naturales y auténticas. Esto puede hacer que crees un sentimiento de envidia hacia tu entorno que hará alejarte de tus seres queridos. 
  • Tendencia a relaciones tóxicas: tanto en relaciones de amistad como románticas, propician los celos e inseguridades. 

Consejos para evitar comparaciones 

¿Qué podemos hacer para dejar de compararnos con otras personas? En Psiconalma siempre nos gusta dejar pequeños consejos para que todo el mundo pueda tomar nota y empezar a identificar estos comportamientos y gestionar poco a poco sus emociones. Aun así, si estos comportamientos te envuelven durante todo el día y no te deja hacer una vida normal y saludable, es momento de empezar a trabajar en ti con un profesional de la salud mental. Y en Psiconalma estamos para ayudarte. 

  • Identificar la situación de comparación: reconoce cuando te comparas y cuestiona el propósito que hay tras ello. 
  • No intentes realizar lo contrario: es decir, evita compararte desde la superioridad. A veces, cuando la comparación se vuelve constante y muy intensa, también se realiza la comparación del revés: pensando que eres mejor o vales más que la otra persona. Esto refuerza aún más las comparaciones en todas sus formas. 
  • Sé realista de lo que suponen las redes sociales: ya que solo muestran la cara bonita de una vida que no es 100% la realidad. Reduce el tiempo que pasas en las redes. 
  • Potencia tus fortalezas haciéndote preguntas como: “¿Qué me gusta de mi vida?”, “¿Qué cosas buenas aporto a la vida de las personas?”, “Y si me comparo… ¿qué me molesta de la otra persona?”…

Recordemos que cada uno de nosotros es único, con un camino y ritmo de vida propio. Dejar de compararnos es un proceso muy complicado de realizar pero que, si llega a conseguirse, es una liberación que solo puede traernos una salud mental positiva y una relación mucho más saludable con nosotros mismos y con los demás. 

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